Cáncer en la vejez

viernes, 5 de octubre de 2007

La edad es un factor de riesgo para padecer cáncer, y a su vez, modifica el comportamiento de ciertas neoplasias malignas. Por ello, la edad es factor a tener en cuenta en el diagnóstico oncológico, pero no determinante.En la vejez se producen cambios fisiológicos (disminución de la función renal y en menor grado hepática). Las mucosas digestivas tienden a atrofiarse, y esto, asociado al hipoperistaltismo de la vejez, aumenta la vulnerabilidad a agentes cancerígenos de la alimentación. En algunos cánceres, como el de próstata, los de piel (excepto el melanoma), o el de mama, aumenta el riesgo con la edad. Hay que desterrar la falsa creencia de que las neoplasias que afectan al anciano sean menos agresivas que las que acontecen en personas jóvenes. Siguiendo la Teoría de los Radicales Libres, el factor edad aumenta las posibilidades de padecer cáncer. Esta teoría nos explica que el envejecimiento va se debe a la lesión producida por los radicales libres (grupos de átomos con un electrón no apareado), que son muy reactivos y capaces de reaccionar con numerosas moléculas, entre ellas el ADN, originando mutagénesis, relacionada con la aparición de ciertas neoplasias malignas. Frecuentemente, los cánceres se asocian con patologías simultáneas, mucho más frecuentes en el anciano, aumentando la mortalidad.
Diagnóstico Precoz y sus Dificultades: Sería fácil conseguir un Diagnóstico Precoz Oncológico si dicha enfermedad cumpliera la Regla de Oro basada en los tres siguientes enunciados:
- ser una enfermedad frecuente
- ser una enfermedad curable, si el diagnóstico es precoz
- posibilidad de pruebas diagnósticas altamente sensibles. Pero por desgracia, no solo la población anciana, sino también gran parte de los familiares e incluso del personal sanitario que los atiende, tienen una escasa formación oncológica, y conservan el prejuicio de ver el cáncer como una enfermedad intratable y fatal. Es mucho lo que queda por hacer en cuanto a educación sanitaria y mentalización de la necesidad de pruebas para el diagnóstico precoz. Es vital dar al anciano y a su familia una completísima información, sin la cual no podemos argumentar el principio de autonomía, con el objetivo final de preservar la calidad de vida.Se precisa de expertos geriatras, con buena formación oncológica, y oncólogos con gran experiencia geriátrica para afrontar una postura diagnóstica o terapéutica activa. Como datos a tener en cuenta, en una población de entre 65 y 85 años el riesgo de cáncer varía entre el 23% para los varones y el 17% para las mujeres. Hay que añadir que el 75% de los mielomas múltiples, el 62% de las leucemias, el 60% de los linfomas de Hodgkin y el 55% de los tumores orofaríngeos aparecen en la población de más de 60 años. Los tumores en los cuales la edad tiene un papel más influyente son:- en las mujeres: linfoma no hodgkin, tumores ginecológicos (en particular ovario), riñón y tiroides. En otros cánceres, la diferencia de edad no juega un papel tan relevante:- en las mujeres son el gástrico, colorrectal, pulmonar, mama y vejiga.- para los varones , los cánceres menos afectados por la edad son los de vejiga y riñón.
Dr. Adolfo de la Peña Llerandi Geriatría Clínica y Social 2004

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